sábado, 22 de septiembre de 2012

FRANK LLOYD WRIGH THOMBRE Y PAISAJE

ELABORADO POR: Arq. Cristóbal González Jara

A lo largo de la historia, el hombre ha modelado el paisaje para expresar o simbolizar poder, orden, confort, armonía, dominio, etc., a través de múltiples medios para conseguirlo, con diferencias de escala y composición, desde pequeños jardines a ciudades enteras.

El concepto de paisaje representa la compleja interacción de fenómenos que intervienen en un territorio concreto y que varían en el espacio y en el tiempo. En la mayor parte de los paisajes el hombre forma parte de esa interacción.

Tradicionalmente el relieve y la vegetación han sido considerados los factores que más contribuyen a la configuración de un paisaje natural, porque son los elementos más fácilmente percibidos, pero también porque, en el caso del relieve, controla las temperaturas y las precipitaciones, a la vez que regula la circulación del agua y de los nutrientes en laderas y cauces.



Estos elementos al paso del tiempo están siendo consumidos por el hombre a tal grado de olvidarse de la importancia de la naturaleza para la existencia del ser humano, sustituyendo el suelo por el concreto.

Si nos remontamos a la historia, el hombre siempre estuvo en comunión con la naturaleza haciendo de esta su hogar interviniendo en esta solo con lo necesario para existir. A partir de la revolución industrial fue necesaria la implementación de grandes urbes con la finalidad de concentrar gran cantidad de personas para la sobre producción. Es a partir de este movimiento cuando el hombre solo se fija en su posición económica sin importar el daño biológico que causa.

Anteriormente a la revolución industrial la percepción del espacio del hombre era diferente, de modo que este aun estando en su hábitat convivía con la naturaleza y que parte de estos complejos aún se conservan.

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