RESUMEN
Existe
una nueva tendencia en la arquitectura el
cual consiste en tomar en cuenta la conducta del ser humano, el cómo la gente se desenvuelve
en ciertos espacios arquitectónicos y cómo influyen estos espacios en su
estado de ánimo, esta tendencia se llama
neuroarquitectura, surge principalmente en el
siglo XXI en Estados Unidos, e inclusive con una Academia de
Neurociencia para Arquitectura.
Es
interesante comprender él como el hábitat en el que vivimos puede llegar a afectarnos en nuestra
salud física y mental, no solo los colores que hay en los espacios afectan en
nuestro estado de ánimo, sino que también los espacios pequeños, las
alturas, la iluminación, la ambientación, en general todo nuestro entorno. La percepción del espacio
arquitectónico como favorable o agresivo
en los estados emocionales y/o en la conducta está influenciada por nuestras
preferencias individuales, nuestras creencias, así como por las características
de diseño del espacio en sí. Si esta percepción del espacio es congruente
facilita la conducta y los objetivos de uso del espacio y no se producirán
situaciones de excitabilidad o sobrecarga emocional, estrés, o reactancia,
propiciando la adaptación (bien modificando nuestra conducta o bien intentando
adaptar el espacio a nuestras preferencias).
PALABRAS
CLAVE: alturas, estrés, iluminación,
neoarquitectura, percepción, sensaciones, urbanización.
ABSTRACT
There is a new trend in architecture
which involves taking into account human behavior, how people unfolds in
certain architectural spaces and how these spaces affect your mood, this trend
is called neuroarquitectura mainly arises the twenty-first century America, and
even with an Academy of Neuroscience for Architecture.
It is interesting to understand it as the habitat in which they live can reach we affect our physical and mental health, not just the colors that exist in the spaces affect our mood, but also small spaces, heights, lighting the atmosphere in general all around us. The perception of architectural space as favorable or aggressive emotional states and / or behavior is influenced by our individual preferences, our beliefs, as well as the design features of the space itself. If this perception of space is consistent behavior and facilitates the objectives of use of space and no situations excitability or emotional overload, stress, or reactance will occur, leading to adaptation (by modifying our behavior or trying to adapt the space to our preferences ).
KEYWORDS: floors, lighting,
neuroarquitectura, perception, sensation, stress, urbanization.
INTRODUCCION
El
nuevo ejemplo que se plantea en el siglo XXI en relación con la arquitectura
surge con los descubrimientos de las neurociencias y los estudios de la
psicología ambiental: estos avances científicos han demostrado que determinados
espacios ayudan en la edad adulta a la producción de nuevas células nerviosas
(neuronas) o que el diseño de los espacios arquitectónicos influyen en los
estados emocionales y el comportamiento de los individuos (BELL & FISHER, 2001).
Es
interesante comprender él como el hábitat en el que vivimos puede llegar a afectarnos en nuestra
salud física y mental, no solo los colores que hay en los espacios afectan en
nuestro estado de ánimo, sino que también los espacios pequeños, las
alturas, la iluminación, la ambientación, en general todo nuestro entorno.
Al
estar en estos espacios nuestro cerebro
percibe y manda las señales, esto hace que nosotros experimentemos ciertas
sensaciones, un ejemplo claro puede ser en el
estar en un edificio con poca iluminación y ventilación, a mucha gente
lo que le produciría es desesperación, ahogamiento claustrofobia, etc.
DESARROLLO
La
percepción del espacio arquitectónico
como favorable o agresivo en los estados emocionales y/o en la conducta
está influenciada por nuestras preferencias individuales, nuestras creencias,
así como por las características de diseño del espacio en sí. Si esta
percepción del espacio es congruente facilita la conducta y los objetivos de
uso del espacio y no se producirán situaciones de excitabilidad o sobrecarga
emocional, estrés, o reactancia, propiciando la adaptación (bien modificando
nuestra conducta o bien intentando adaptar el espacio a nuestras preferencias).
En definitiva, esta congruencia estará en función, en parte, del grado de
control que percibamos nos ofrecen las instalaciones, este grado de control
será importante por tanto tenerlo en cuenta en el diseño. (DRA. LUCÍA SUTIL, 2012)
Gracias
a la neuroarquitectura han surgido
varios descubrimientos, el principal y más importante es que
anteriormente se creía que las neuronas envejecían con el paso de los años y que nuestro organismo era incapaz de reemplazarlo, pero
recientemente se descubrió que era
posible que el cuerpo produjera nuevas neuronas a lo largo de nuestra
existencia, lo cual ha permitido que los arquitectos se planteen la teoría
sobre los entornos, el cómo cambian al cerebro y por lo tanto el cómo pueden modificar nuestro
comportamiento ya que el cerebro analiza,
interpreta y reconstruye el espacio y el
tiempo, lo que aporta valiosas pistas a los arquitectos a la hora de distribuir
los edificios.
La
neuroarquitectura se ha encargado de
analizar varios espacios y esquemas, uno de ellos es la iluminación, ya
que se ha comprobado que la falta de luz
al ser humano, puede afectar su concentración, causarle depresiones,
irritación etc.
El Neurocientífico de
la Universidad de Oxford Russell Foster dijo que los estudios han vinculado la
luz para la liberación de serotonina (conocida como la hormona de la
felicidad) lo que puede explicar por qué
la mayoría de la gente disfruta de estar fuera en el sol. Afirma que la persona
promedio necesita la exposición a 1000 lux para disfrutar de los máximos
beneficios. Él dijo: "La luz no es sólo importante para el sistema visual,
que ayuda a regular los detectores de luminosidad que afectan a nuestro reloj
biológico y muchos aspectos de nuestra salud. (MCDEMORTT, 2013)
Otro
caso de estudio son las alturas ya que
cuando se cuenta con un techo muy
bajo, puede crear una sensación de aplastamiento como si la habitación se nos viniera encima,
como si estuviéramos atrapados y por el
contrario una habitación con grandes
alturas nos da una sensación de amplitud y mayor libertad ya que no estamos tan
limitados con el espacio.
En
el 2007, John Meyers-levy, un profesor de marketing de la Universidad de
Minnesota, colocó a cien voluntarios en una sala que tenía tres metros de
altura; y a otras 100 personas en una sala con un techo de 2,40m. Entonces, les
pidió que clasificaran una serie de deportes por categorías que ellos debían
escoger. Meyers-Levy comprobó que aquellos que estaban en la sala con el techo
más alto habían llegado a clasificaciones más abstractas y creativas, mientras
que los del techo más bajo optaron por criterios más concretos. Quizás este
tipo de techos son muy adecuados para un quirófano, en que el cirujano debe
concentrarse bien en los detalles, mientras que techos altos puede que sean más
apropiados para talleres de artistas o escuelas. (SAENZ, 2014)
Otro
aspecto que también tenemos que considerar son las áreas verdes, ya que no solo
hacen ver los espacios más bonitos con la vegetación, sino que también ayudan a
romper con el estrés que llegamos a tener en ciertos momentos y un ejemplo
claro de esto puede ser las avenidas principales de las ciudades que muchas de
ellas están rodeas de puras construcciones y
anuncios que pueden llegar a incrementar el estrés ya que son fachadas
que a la vista no agradan e inclusive distraen de nuestras acciones, al
contrario de avenidas con vegetación ya que estas ocultan las construcciones
y hacen que nuestra espera en el trafico, no sea muy placentera en sí, pero al
menos más tolerable y agradable a la
vista.
Las zonas verdes son otros de los elementos clave, en el
2007 se publicó un estudio realizado por Nancy Welles, una psicóloga ambiental
de la Universidad de Cornell, quien había analizado el comportamiento de niños
de entre 7 y 12 años tras una mudanza familiar. Welles se percató de que si los
chavales desde la nueva casa tenían vistas a algún espacio natural, como un
parque o un jardín, conseguían mejores resultados en un test de atención. Y lo
mismo en las escuelas: los alumnos que aprenden en aulas que ofrecen vistas a
espacios verdes obtienen mejores notas que quienes ven edificios. En los
hospitales los enfermos se recuperan antes si pueden observar espacios
naturales desde la habitación. Y para los niños con autismo, pasar tiempo en
contacto con la naturaleza, calma el trastorno, los hace sentir relajados.
(SAENZ, 2014)
Lo
mismo pasa con cosas puntiagudas, o
ángulos difíciles, ya que se ha descubierto que estas formas se asocian
con el miedo, la ansiedad o el sentimiento de peligro, ya que el cerebro percibe este tipo de formas como
agresivas e inconsciente mente manda a nuestro
cerebro un estado de alerta que es lo que nos causa estas sensaciones.
Además
de lo anterior, no solo los espacios, iluminación, alturas y colores
afectan al ser humano, sino que recientemente se ha descubierto que la
en urbanización tiene una gran
parte de influencia en el ser humano ya
que en el exterior experimentamos
diversas situaciones ya sea percibiendo formas raras, e inclusive viendo
ciertos letreros que causan impacto en
nuestro cerebro, los carros en
circulación, las fachadas deterioradas, etc.; todo esto hace que nos pongamos
en un estado de alerta constante al
salir.
Según
la ONU, en el 2050 dos de cada tres
personas en el mundo vivirán en una metrópoli. Y eso al parecer,
conlleva un alto peaje para nuestro cerebro. Existen varios estudios que
señalan que la memoria, la capacidad de concentración y de atención se ven
afectados negativamente en medios urbanos. Y que los urbanitas padecen mayores
niveles de ansiedad, depresión, estrés crónico y riesgo a padecer trastornos
mentales graves que quienes viven en el campo. “La ciudad se ha convertido en
el origen de patologías y enfermedades”, alerta Mora. Estamos expuestos a
olores, ruidos, tráfico, contaminación, espacios estrechos y reducidos. “Estamos
muy estresados cuando convivimos con gente que se acerca demasiado a nuestro
espacio, cuando nos hallamos en medio de aglomeraciones. En estos casos se
registra una actividad muy alta en la amígdala, región relacionada con la
detección de peligros, el miedo y el dolor, porque eso nos estresa y altera.
También en la corteza cingulada, que focaliza la atención y tiene un rol
relevante en la conducta emocional”. Al menos en experimentos llevados a cabo con roedores se
sabe que los espacios masificados, los sonidos estridentes repentinos, las
luces brillantes, los múltiples estímulos son potentes detonadores de la
respuesta de estrés. Se segrega adrenalina, se activan las zonas del cerebro
relacionadas con la atención y la vigilancia, aumenta el ritmo cardíaco etc. (SAENZ, 2014)
CONCLUSIONES
Es
claro que hay muchos factores que pueden llegar a afectarnos y es indispensable que los arquitectos estemos
consientes de estas situaciones y que empecemos a tomar en cuenta no solo
debemos regirnos por las necesidades básicas del usuario
al diseñar, sino que hay que ir más profundo, hay que considerar las
sensaciones que los espacios, formas, alturas e iluminación de cierta manera
pueden llegar a producirle al cliente
para el que estamos trabajando y así
poder llegar a producir una buena arquitectura y mas consiente, e inclusive
puede decirse que una arquitectura saludable.
BIBLIOGRAFÍA
BELL, P. G., & FISHER, J.
&. (2001). Environmental Psychology. Fifth edition harcourt college
publishers .
DRA. LUCÍA SUTIL, D. J. (2012). Neuroarquitectura y
comportamiento del consumidor: una propuesta de modelo de diseño.
Barcelona: Revista de Universidad Rey Juan Carlos.
MCDEMORTT, N. (05 de junio de 2013). http://www.dailymail.co.uk/health/article-2336278/Sitting-office-window-DOUBLE-alertness--make-happier.html.
Recuperado el 10 de junio de 2014
SAENZ, C. (2014). Edificios con Neuronas. En Casa ,
4.