ARQ. JOSÉ
FABIÁN CORTÉS MENDOZA.
Aquella
frase denominada "planeta azul", está demasiado lejos de ser la
imagen estática y sublime, de una esfera con sus recursos hídricos y naturales
puros en equilibrio constante manteniéndose por millones de años. En la
actualidad, el escenario que presenta el planeta ha cambiado su curso por
nuestras conductas y hábitos adquiridos, podrían inducir un desastre de
magnitud planetaria, sí no somos capaces de reaccionar ante los impactos ambientales
que estamos causando cada vez más contantes y frágiles al medio natural.
Cuando
se analizan las latitudes de nuestro planeta, podemos ver el alto grado de
inconsistencias y cambios que ha originado
el incremento acelerado de la población mayormente consumista de los
recursos naturales, con ello ver el drama de las inundaciones que afectan a Europa Central, comprometiendo áreas geográficas
y urbanas nunca antes afectadas por el rigor de un clima fluvial, en Centro América
las grandes sequias, o en nuestro contexto nacional que en este año las grandes
lluvias atípicas que afectan gran parte del territorio Mexicano. A ello vemos
el panorama que se refleja en una crisis de energía y medios de calefacción
funcionando al máximo, con consecuentes emisiones aumentadas de CO2 y efectos
sumativos para el recalentamiento global y efecto invernadero.
Por
primera vez, los medios de comunicación y los medios sociales hablan del
"cambio global climático" dedicando una franja habitual, con las
réplicas experimentadas en diferentes puntos del globo. Se denuncia un
"planeta enfermo", en cuyo escenario los agentes que precipitan la
patologías somos nosotros, y literalmente se levanta un escenario complejo,
cuya falta de acción oportuna, podría hacer que el paciente empeore de grave a
extremo, con el correspondiente deceso del aquel planeta azulado e inmaculado
de antaño.
Este
análisis, que se percibe tan sencillo, tiene múltiples aristas, asumiéndose, no
obstante, como un simple método de prueba y error, donde escasamente se miden
sus consecuencias. No sería de extrañar que la política de desarrollo
ambiental, se vea dirigida a estimular el principio "el que contamina
paga", aceptando que se puede
cometer el mismo error dos veces, en lugar de incentivar un desarrollo
sustentable, con el cual el país salga fortalecido, evitando el daño sostenido
e induciendo a conductas pro-activas, sin necesidad de introducir medidas de
mitigación posteriores.
La
conducta del ser humano, como las disciplinas que implican una responsabilidad
directa sobre el cambio climático necesario y la esperada mitigación de
factores que modifican negativamente el clima, el espíritu de la sociedad
crítica pretende establecer los nexos necesarios que nos permitan avanzar hacia
una sociedad integrada, donde los conceptos de sostenibilidad, sustentabilidad
y reciclaje, se encuentran ligadas y enfocadas
principalmente a los nuevos profesionistas para que en las materias y
ciencias en las que se desarrollan tengan la cesibilidad para ligar la protección medioambiental, esto para
establecer un equilibrio conjunto con la
actividad humana y el ecosistema.
La
arquitectura y la planificación urbana juegan un rol fundamental en la
ocupación, racionalización e integración de los recursos hídricos. Los
asentamientos humanos deben ser repensados, y replanteados, de manera que
integren los principios del desarrollo sustentable mejorando la calidad de vida
y reduciendo el impacto global del hábitat humano.
El
agua es origen, esencia y sustento de toda actividad humana.
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